domingo, 2 de marzo de 2008

vamos a comisión

Teniendo en cuenta que me pagan todos los meses lo mismo trabaje lo que trabaje, primer capítulo práctico de los dedicados a los remedios caseros.

A ver si se entiende de una vez que no vamos a comisión, leches.

Y por ahí empezamos precisamente, por la leche. Te quemas, bueno, nada que no pueda solucionarse en casa y, -muy importante-, sin molestar a nadie, con un cartón de leche entera, desnatada o semidesnatada.

Basta sumergir la parte quemada en ella y su efecto emoliente hace el resto: calma los dolores, rebaja la inflamación de los tejidos, y teniéndola dentro se impide el contacto con el aire, lo que evita la infección.

Duermes con el culo al aire, por ejemplo, y te coges un catarro que no te deja respirar. Tranquilidad, hierve agua dos o tres minutos y añádele una cucharada de sal; "absorbes" la solución por la nariz (alguno es esto de "sorber" por la nariz tendrán más práctica que otros, también es verdad) y como nuevo.